La digestión ocurre gracias a diversas reacciones químicas, las cuales tienen lugar en la boca. Por increíble que parezca, estas reacciones comienzan cuando piensas en la comida, y se siguen ejecutando mientras la vemos u olemos; es en este momento cuando se comienza a producir saliva extra.
Cuando se comienza a producir la saliva, debes tener presente que esa contiene ptialina, que es la encargada de descomponer la maltosa y los almidones en dextrosa; cuando la comida es tragada, los músculos del esófago y la acción del proceso químico de la saliva ayudan a que la comida baje.
La función química estomacal
Cuando la comida aún sigue en nuestras bocas, nuestras mejillas y la lengua cumplen sus funciones de enviar señales al cerebro, lo que hace que se produzca reacciones químicas en el jugo gástrico; y cuando al comida llega al estómago ya está lista para descomponerse, pero al mismo tiempo se va secretando más jugo gástrico.
La comida y el jugo gástrico se van mezclando poco a poco, formando un líquido de textura algo crema que se llama quimo; este quimo luego cumple su función de ir al intestino delgado.
Reacciones químicas en el jugo gástrico
Los jugos gástricos se componen de enzimas especiales, estas enzimas del jugo gástrico se llaman pepsina, siendo un ácido clorhídrico; su pH es variado entre 1 o 2, haciéndolo aproximadamente un millón de heces mucho más ácido que el agua que consumimos.
Es por el nivel de acidez del pepsino que los alimentos que consumimos se pueden digerir de forma rápida, haciendo que los tejidos corporales también se vean afectados, solo que estos se regeneran de manera rápida; mencionando que nuestro estómago lo protege una capa de mucosa, para que el ácido del jugo gástrico no lo afecte tanto.
El estómago contiene esfínteres que previenen la reacción química entre el jugo gástrico y esos alimentos que pueden dañar el tracto digestivo.